
Como digno descendiente de gallegos, Ricardo Alfonsín reaccionó con un arrebato de bronca. Su potencial aliado en Buenos Aires, el peronista Francisco de Narváez, había decidido romper el silencio y hacer pública una pretensión para él inadmisible: integrar, en su condición de candidato a gobernador bonaerense, la coalición nacional que lidera la UCR.
Alfonsín está convencido de que este planteo de De Narváez viene adosado de otro reclamo: que su compañero de fórmula presidencial sea un dirigente de su palo, es decir, del peronismo disidente. Otra pretensión inaceptable a sus ojos y así lo expresó ayer públicamente.
"La columna de nuestro espacio progresista serán el radicalismo, el socialismo y el GEN. Yo hablé de la posibilidad de acuerdos en Buenos Aires que nos permitan disputar el gobierno de la provincia. Allí podemos llegar a un acuerdo distrital. Pero a nivel nacional, en donde hay que decidir cosas como, por ejemplo, el sistema tributario, la relación entre el Estado y la economía, el sistema de seguridad social, la inserción de la Argentina en el mundo, entre otras cuestiones, debemos hacerlo entre fuerzas homogéneas", enfatizó ayer el candidato presidencial de la UCR en declaraciones televisivas al programa Con voz propia , que se emite por el canal América.
En rigor, las palabras de De Narváezno sorprendieron demasiado a Alfonsín. Ambos hablaron del asunto durante un encuentro que, en la más absoluta reserva, mantuvieron el lunes pasado en las oficinas del radical sobre la avenida Santa Fe (de lo que se informa aparte). Fue el primer contacto personal que mantuvieron ambos candidatos desde que arrancaron las negociaciones para competir juntos en las elecciones de octubre.
Fuentes muy allegadas a Alfonsín confiaron a LA NACION que, en esa reunión, el candidato radical fue enfático al desestimar la propuesta de De Narváez de integrar la coalición nacional que lidera la UCR. "De aceptarla, el socialismo y GEN se fugarán de inmediato", traducen los exégetas de Alfonsín.
Hay una condición innegociable para el candidato radical: tanto la fórmula presidencial como la coalición nacional que él lidera debe llevar un claro sello progresista. De Narváez, que hace dos años compitió en sociedad con Pro, no encaja en ese perfil, aducen en el alfonsinismo. Esto no significa, insisten, en que no se pueda tejer un acuerdo de tipo "provincial" con el candidato peronista. Hasta ahí llega la flexibilidad de los socios del socialismo y de GEN
Pero De Narváez no quiere quedar ceñido al papel de "aliado distrital" al que lo confina Alfonsín. "Tenemos que tener un rol protagónico en el frente nacional", se despachó anteayer. Justificó el planteo en su condición de candidato de la provincia más importante del país.
El radicalismo creen exagerada la pretensión de De Narváez.
"Francisco sólo representa al peronismo federal de su distrito, no al del conjunto del país. El peronismo disidente está desarticulado y hoy no tiene conducción. Por esa razón no creemos que, siendo un candidato provincial, debe ocupar un lugar en la coalición nacional", insisten los alfonsinistas.Un puente
En el búnker de De Narváez no piensan lo mismo. "Francisco es un puente que puede conducir más dirigentes peronistas al frente que conduce Alfonsín. Sólo así se podrá construir una opción para ganar en octubre. Nosotros apuntamos a eso, no a participar de una oferta ideológica y testimonial", aseveran en el entorno del candidato bonaerense.
¿Es una condición innegociable para De Narváez integrar la coalición nacional que lidera Alfonsín? "Debemos seguir conversando, pero para nosotros es una cuestión muy relevante. Nosotros queremos integrar una opción ganadora; de lo contrario, vamos a competir solos con una boleta corta (sin candidato a presidente)", advierte un asesor muy cercano al candidato peronista.
Así las cosas, las conversaciones entre ambos candidatos quedaron congeladas. Por orden de Alfonsín, tanto el comité nacional del partido como el de Buenos Aires fueron tajantes. "La UCR va a liderar un frente progresista", enfatizó Angel Rozas, presidente de la UCR. "Esto no significa ser sectario -agregó Miguel Bazze, jefe del comité provincia-. Pero debemos ser coherentes con nuestras ideas."
Alfonsín está convencido de que este planteo de De Narváez viene adosado de otro reclamo: que su compañero de fórmula presidencial sea un dirigente de su palo, es decir, del peronismo disidente. Otra pretensión inaceptable a sus ojos y así lo expresó ayer públicamente.
"La columna de nuestro espacio progresista serán el radicalismo, el socialismo y el GEN. Yo hablé de la posibilidad de acuerdos en Buenos Aires que nos permitan disputar el gobierno de la provincia. Allí podemos llegar a un acuerdo distrital. Pero a nivel nacional, en donde hay que decidir cosas como, por ejemplo, el sistema tributario, la relación entre el Estado y la economía, el sistema de seguridad social, la inserción de la Argentina en el mundo, entre otras cuestiones, debemos hacerlo entre fuerzas homogéneas", enfatizó ayer el candidato presidencial de la UCR en declaraciones televisivas al programa Con voz propia , que se emite por el canal América.
En rigor, las palabras de De Narváezno sorprendieron demasiado a Alfonsín. Ambos hablaron del asunto durante un encuentro que, en la más absoluta reserva, mantuvieron el lunes pasado en las oficinas del radical sobre la avenida Santa Fe (de lo que se informa aparte). Fue el primer contacto personal que mantuvieron ambos candidatos desde que arrancaron las negociaciones para competir juntos en las elecciones de octubre.
Fuentes muy allegadas a Alfonsín confiaron a LA NACION que, en esa reunión, el candidato radical fue enfático al desestimar la propuesta de De Narváez de integrar la coalición nacional que lidera la UCR. "De aceptarla, el socialismo y GEN se fugarán de inmediato", traducen los exégetas de Alfonsín.
Hay una condición innegociable para el candidato radical: tanto la fórmula presidencial como la coalición nacional que él lidera debe llevar un claro sello progresista. De Narváez, que hace dos años compitió en sociedad con Pro, no encaja en ese perfil, aducen en el alfonsinismo. Esto no significa, insisten, en que no se pueda tejer un acuerdo de tipo "provincial" con el candidato peronista. Hasta ahí llega la flexibilidad de los socios del socialismo y de GEN
Pero De Narváez no quiere quedar ceñido al papel de "aliado distrital" al que lo confina Alfonsín. "Tenemos que tener un rol protagónico en el frente nacional", se despachó anteayer. Justificó el planteo en su condición de candidato de la provincia más importante del país.
El radicalismo creen exagerada la pretensión de De Narváez.
"Francisco sólo representa al peronismo federal de su distrito, no al del conjunto del país. El peronismo disidente está desarticulado y hoy no tiene conducción. Por esa razón no creemos que, siendo un candidato provincial, debe ocupar un lugar en la coalición nacional", insisten los alfonsinistas.Un puente
En el búnker de De Narváez no piensan lo mismo. "Francisco es un puente que puede conducir más dirigentes peronistas al frente que conduce Alfonsín. Sólo así se podrá construir una opción para ganar en octubre. Nosotros apuntamos a eso, no a participar de una oferta ideológica y testimonial", aseveran en el entorno del candidato bonaerense.
¿Es una condición innegociable para De Narváez integrar la coalición nacional que lidera Alfonsín? "Debemos seguir conversando, pero para nosotros es una cuestión muy relevante. Nosotros queremos integrar una opción ganadora; de lo contrario, vamos a competir solos con una boleta corta (sin candidato a presidente)", advierte un asesor muy cercano al candidato peronista.
Así las cosas, las conversaciones entre ambos candidatos quedaron congeladas. Por orden de Alfonsín, tanto el comité nacional del partido como el de Buenos Aires fueron tajantes. "La UCR va a liderar un frente progresista", enfatizó Angel Rozas, presidente de la UCR. "Esto no significa ser sectario -agregó Miguel Bazze, jefe del comité provincia-. Pero debemos ser coherentes con nuestras ideas."
Fuente Diario La Nacion
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